jueves, 12 de agosto de 2010

Viaje a roma 02/09/2004

Cogimos desde Barcelona el vuelo con Alitalia destino a Roma, primer viaje que hacíamos al extranjero en avión.
Al llegar al aeropuerto Leonardo da Vinci, nos reunimos con mi hermana que había salido en un vuelo anterior. Pedimos unos mapas de la ciudad de Roma de una oficina de turismo en el aeropuerto y nos dirigimos a coger el tren que nos llevaría a la ciudad de Roma.
Al llegar a la estación de Termini nos dividimos en dos grupos para ir al apartamento que habíamos alquilado mi madre y mis hermanas se fueron en un taxi con las maletas y Sandra y yo fuimos andado dado que estaba cerca de la estación. Al llegar estuvimos esperando a que llegase la persona que nos tenía que entregar las llaves del apartamento, y tras esperar varias horas y ver que no legaba nos pusimos en contacto con la agencia que había alquilado el apartamento.

Tras discutir con la persona encargada nos indicaron unas señas del lugar al que tendríamos que ir a dormir hasta la mañana siguiente, total que paramos dos taxis para que no llevaran a ese destino.

El trayecto en taxi salvo tranquilo, lo primero es que el taxista no se puso el cinturón hasta que vio que nosotros nos lo poníamos, iba hablando por el móvil y cambiaba de marcha con la mano izquierda soltando el volate y quitando la vista de la carretera, los intermitentes de adorno, y todo esto mientras nos hacía preguntas.

Nos llevaron al extrarradio de la ciudad a una urbanización que todos creíamos que nos iban a dar un estacazo y dejarnos con lo puesto, luego resulto que nos llevaron al un palacete la hostia de chulo regentado por una pareja muy amable y claramente de alto poder adquisitivo.
Nos indicaron que utilizásemos la plata de arriba del palacete que estaba llena de muebles antiguos y piezas antiguas y obras de arte la verdad es que el sitio era en dos palabras im presionante, también estaba lleno de fotos de la pareja con gente del cine y la política Italiana
Sandra y yo aprovechamos y nos hicimos algunas fotos por el palacete.
Tras un rato de cotillear y descansar, decidimos no bajar a cenar a la ciudad y nos quedamos a cenar en el palacete, que fue con diferencia la mejor comida que hicimos en nuestro viaje, la cocinera era una señora mayor que cada dos por tres salía a ver que nos parecía la comida y a preguntarnos de donde éramos, y ha contarnos que los americanos cortaban los espaguetis para comérselos mas fácilmente algo que para ella era un pecado capital la verdad es que la cena fue entretenida y muy deliciosa tras esto subimos a la habitación y nos acostamos que estábamos derrengados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario