Está considerado como uno de los puentes medievales más antiguos de Francia y representa una prueba de la temprana introducción del arte románico en la región.
La cantera de piedra aún puede verse en las gargantas de la orilla izquierda del río. Fue designado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad como parte de la ruta francesa del Camino de Santiago. La construcción de este puente debió impresionar a la imaginación popular. Según la leyenda hizo falta nada menos que un pacto entre Guilhem y Satanás para construirlo.
En lugar del alma que había prometido a requerimiento del Diablo, Guilhem hizo cruzar el puente a un pobre perro, de cuyo rabo había colgado una cacerola vieja. El Diablo se enfureció tanto que se tiró al agua, y de esta forma surgió el abismo negro, el “gurgito nigro”, que se hunde treinta metros bajo el puente.
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