jueves, 26 de agosto de 2010

ORANGE y su Teatro romano

La primera parada en nuestro camino de vuelta fue en la ciudad de Orange donde nos acercamos a ver su teatro romano uno de los mejor conservados del mundo, y para variar y con la suerte que tenemos al llegar descubrimos que como no estaba de obras y todo el muro de escena estaba lleno de andamios.



El Teatro antiguo de Orange, construido bajo el reinado de César Augusto en el siglo I, es uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo. Aún dispone del muro de escena con su elevación original: 103 metros de largo por 37 de alto.

El teatro de Orange, junto con el Arco del Triunfo de la misma localidad, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El muro de escena — «Es la muralla más bella de mi reino», dijo Luis XIV durante una visita — estaba antiguamente decorado con estatuas, frisos y columnas de mármol, de los que quedan algunos vestigios.

Su capacidad se calcula entre 9.000 y 10.000 plazas.

Fundado en 40 a. C. por los veteranos de la Legio III Gallica de Julio César, Orange era una colonia romana llamada Arausio que fue fundada en el mismo año. Conoció un gran desarrollo bajo el emperador Augusto, durante cuyo reinado fue erigido el teatro.


Tenía un papel destacado dentro de la vida de los ciudadanos, quienes pasaban gran parte de su tiempo libre allí, de manera que las autoridades romanas veían el teatro no sólo como un medio para divulgar la cultura romana a las colonias, sino también como una forma de distraerlos de toda actividad política.

Mimos, pantomimas, lecturas poéticas y los attelana era la forma de entretenimiento predominante, muchos de los cuales duraban todo el día.
Para la gente corriente se hicieron muy importantes los magníficos conjuntos escenográficos, como lo era el uso de maquinaria escénica. El entretenimiento ofrecido estaba abierto a todos y era gratuito.
El teatro no sobrevivió a la decadencia del Imperio romano y al crecimiento del cristianismo fue clausurado definitivamente en 391 ya que la iglesia se oponía a lo que consideraba espectáculos paganos.
En la Edad Media sirvió de puesto de defensa, y en el siglo XVI de refugio para la población durante las guerras de religión de Francia.
Tras visitar el teatro romano nos acercamos a un museo de arte romano que había a lado y tras echar un ojo cogimos de nuevo el coche y seguimos la ruta de vuelta.

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