LLegada a Hong Kong

Tras visitar el mercado nos llevaron a comer. nuestro primer contacto con la comida china, la verdad salvo por lo curioso de la disposición de la mesa con un plancha de cristal giratoria sobre la que colocaban los platos, para que moviendo el cristal pudieses elegir el plato del que quieres coger la comida, porque fue el primer contacto con nuestros compañeros de viaje, y probar si éramos capaces de apañarnos para comer con palillos.
El primer detalle en contra era que nos llevaron al típico restaurante para turistas aunque la comida era aceptable, otro detalle era que los guías no se sentaban a comer con nosotros sino que se sentaban con otros guías, y la comida que comían era claramente diferente a la nuestra, como digo restaurante turístico.
Tras esto nos montaron en el autobús y camino para el rio a coger un ferri que nos llevase a Hong Kong, tras unas horitas de trayecto llegamos a península de kowloon, donde nos esperaba nuestro guía en Hong Kong, el cual nos indico que por motivos de obras nos habían cambiado a otro hotel, nuestro nuevo hotel era Renaissance Kowloon Hotel, uno que estaba al lado del paso de la estrellas de Hong Kong.
Tras alojarnos, a pesar de estar cansados por el viaje fuimos a ver el espectáculo de luces y música de la bahía de Hong Kong




y ver la estatua de Bruce Lee


tras esto y con un calor de muerte (35 grados y 98% de humedad) nos fuimos a comprar una batería para la cámara de fotos en una de las muchas tiendas de electrónica tras esto fuimos a dar una vuelta por las tiendas para buscar un sitio donde cenar y para comprar botellas de agua y algún souvenir terminamos comprando unas hamburguesas en el Burger King (toda una odisea porque el chico no se enteraba a pesar de que tienen una cartilla para que selecciones lo que quieres, eso si nos salió por unos dos euros cada menú), tras esto nos fuimos a comernos las hamburguesas al hotel y nos acostamos para prepararnos la visita del día siguiente.